Coronel Humberto José Calles
Centro Penitenciario para Procesados Militares
Presente.
Nos dirigimos a usted muy respetuosamente para exigir lo que es
justicia y un derecho: que se permita a Leopoldo López recibir la visita
del pueblo venezolano.
Para toda Venezuela no es un secreto que una vez más el sistema
judicial se pone en movimiento en forma acelerada para reducir a prisión
a un luchador político. Las amenazas de ser imputado por crímenes tan
atroces como terrorismo y asesinato no obtuvieron el resultado esperado
del exilio. Esa es la razón por la cual lo acusaron con esos delitos sin
sentido. Para ver si se iba del país.
Por el contrario, Leopoldo López, como lo dijo una y otra vez, dio la
cara y asumió el reto de enfrentar un juicio injusto, en desigualdad de
condiciones, y consciente de los riesgos que se corren en la Venezuela
de hoy. Por eso decimos que es justicia y un derecho que su pueblo pueda
verlo.
Decimos que es justicia y un derecho que su pueblo pueda verlo porque
no existe ningún argumento que pueda esgrimirse para negarse a tal
medida. No hay peligro de fuga porque él dijo que iba a dar la cara a
las autoridades y así lo hizo.
Decimos que es justicia y un derecho que su pueblo pueda verlo porque
Leopoldo López es un líder que jamás ha obstaculizado al sistema de
justicia venezolano, por más injusto que lo considere. Ha hecho frente a
nada menos que 22 procesos judiciales y administrativos en nuestro país
y a un juicio ante la máxima instancia hemisférica de Justicia: la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Demostrando así, su
consistente creencia en la Justicia como valor universal.
Decimos que es justicia y un derecho que su pueblo pueda verlo porque
toda Venezuela y el mundo saben, y el gobierno así debe reconocerlo,
que el expresidente Hugo Rafael Chávez Frías, en su momento Comandante
del Ejército y coautor de un intento de golpe de estado, tuvo la
oportunidad de ser visitado por cientos de venezolanos y hasta por
periodistas y otras personalidades públicas. Esta realidad fue descrita
por su propia madre, Doña Elena, en una entrevista de la siguiente
forma: “Mire, así como se le aglomera ahorita la gente donde quiera que
él esté, así también era en la cárcel. Eso eran colas, colas. No nos
dejaban a nosotros ni un ratico para disfrutarlo. Sólo los minutos en
que él estaba comiendo. Iban a conocerlo, a saludarlo quienes ya lo
conocían, a llevarle cartas, regalos y comida. Imagínate que hasta allá
le llevaron una nevera, una cocina y un estante”.
El pueblo de Venezuela se pregunta, ¿por qué no permitir que a Leopoldo López se le de ese mismo trato?
No es un asunto de solicitar privilegios, es un asunto de derecho, es
un asunto de justicia. El pueblo quiere ver y hablar con Leopoldo
López. No le sigan negando a Leopoldo y al pueblo venezolano ese
derecho.
Antonieta Mendoza de López
Madre
Lilian Tintori de López
Esposa
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